TRINIDAD PINAZO

CASTILLOS DE ARENA

 

En ti se renueva la madre
que seré, que soy y que he sido,
pequeña, que no sabes nada
de herencia, ni de lazos de sangre
y, sin hablar, gritas tu identidad,
tres veces renacida en un nombre
que comparto contigo.

Te veo jugar y revivo,
como si fuera ayer,
como si en otra piel
se encargara el destino
de hacerme volver
a un instante perdido.

Y tú, completamente ajena
a mi presencia, o tal vez no,
sigues lanzando sol
de pasados veranos,
amor labrado en las piedras,
mientras construyes
y creas con tus manos
castillos de arena.