Albin Lainez

Enajenado

 

 

 

Una idea agita mi letargo.

Me incorporo, demacrado por sospechas.

Algo,sutil y siniestro, ha inducido

la pérdida de concentración.

Cuando intento retomar el flujo onírico,

mis pies devienen arena,

y a las manos no reconozco.

 

Temo ser otro, estar capturado

en la vigilia de alguien más.

Soles diferentes

esperan tras la difusa puerta.

Mi salvación es posible

si recobro la fisonomía anterior

al momento del sueño.

Pero dudo,

me cuesta asumir esa antigua identidad.

Tal vez ahora, imbuido de pensamientos que no gesto,

halle los caminos hacia el sitio

que supongo mi hábitat.

 

“Esto ya lo viví”, es la frase

para amansar la inquietud.

Aunque,  lo trágico es

que yo fuí un sueño

y quien despierte

será el verdadero.