Verano Brisas

MARX

Sabemos que su lucha no fue fácil

más allá de los años juveniles,

ni siquiera en las épocas románticas

cuando Jenny –esa chica primorosa–

bailaba sin descanso en los salones

de la ciudad de Tréveris.

 

Entonces pensaban que más tarde

podrían acomodarse

en el medio antisemita de Alemania.

 

Sus opúsculos y libros

corrieron con un éxito asombroso,

pero nunca dejaron esos marcos

que faltaban en su exiguo presupuesto.

 

Padeció los rigores del destierro

porque fue solidario con su amigo

en la Sagrada Familia,

y otros igualmente dolorosos

debido al Manifiesto Comunista.

 

Destrozado y más pobre que una rata

presenció la agonía de sus hijos,

en tanto proclamaba la derrota

de los estados burgueses

y el ascenso triunfal del socialismo.

 

Grande y visionaria fue su obra

porque amó como hombre, a su manera,

sin poder desquiciar esa muralla

que le ponen a la vida los bribones.