Nicole en invierno

Manifiesto

Es difícil acaso que deseemos un amor mutuo a pesar de la lejanía.

Yo por mi parte te desearé la felicidad eterna porque a pesar del sufrimiento supiste como ganarte a poquitos cada parte de este corazón que pedía a gritos necesitarte.

El silencio que contigo era placer eterno porque para el resto de personas podría parecer algún tiempo perdido pero para ti como para mí era el contacto de historias pasadas que nunca serían reveladas por el miedo al desprecio.

Contigo ganaba mi alma pero me perdía a mi misma.

Y mis palabras no eran nada, si bien exista síntonia y de vez en cuando se entrelazaban con las tuyas, lo que más importaba eran las miradas porque en ese contacto hacíamos como un cuento que debería ser manifestado pero callado por nosotros, cobardes, fuimos muy cobardes como para internarlo. 

Adiós viejo recuerdo, aunque te lleva conmigo siempre.