Patricia Aznar Laffont

SUSURRO DE INVIERNO

Levemente su corazón lleno

de una congoja verde y amarga,

la fatiga de sus miembros

eran desterrados de

sus sentimientos de plata.

Horror del estío lo embargaba

y  buscaba los versos

del invierno ya muerto,

susurro de fiebre indecible

y  de lluvia azul de añoranza.

Sombra de piedra era,

su figura esbelta.

Caminante de ríos turbulentos,

que cantan al

gélido frío

que iguala.