Verano Brisas

GEORGE SAND

Descubrirla fue degustar su esplendor

y la inmensa ternura de su genio.

Dijo Flaubert que sería recordada

como gloria singular

en el futuro de Francia.

 

Una justa visión sobre la vida

enmarcó sus amores con Musset

y Federico Chopin.

 

Practicó sentimientos de amistad

con diferentes artistas de la época,

y habló de lo fugaz del tiempo

con pasión tan desmedida

que capturó a Dumas en las redes

de su eterno comienzo del vivir.

 

Antepuso a la pasión política

una fuerte pasión por las ideas.

Sensible y espontánea,

llegó a sostener públicamente

que la poca instrucción de la mujer

era el más violento crimen

que los hombres cometían contra ella.

 

Demostró con toda intensidad

vivir sus obras antes de plasmarlas;

tildó de asesino a su adorable Alfredo

sin ocultar el ansia que sentía

por compañeros más jóvenes.

 

Invadió territorios masculinos

envuelta en humaredas de cigarro,

y luciendo atrevidas vestimentas

exacerbó los ánimos de entonces.

 

Lo más interesante, sin embargo,

fueron sus tantos deliciosos libros,

sobre los cuales la crítica europea

sostuvo sin ambages

que nunca una escritora había logrado

disección más refinada del corazón humano.