Patricia Aznar Laffont

Haikus

                                             La noche, el alba y el crepúsculo

son hechos de hierbas que oyen el agua pura.

 

Herido, casi muerto de hielo,

buscas en las calles el amor perdido.

 

Esa sal caliente que te arrulla,

es la burbuja de una radiante espuma.

 

Luz de irradiante fuego en tus ojos.

salvaje y dulce amor.

 

Allá atrás de la Tierra y las pretenciosas Sombras,

te encuentra contigo mismo.

 

Las angustias del alma, confusas y repetidas,

esconden el llanto seco de tus ojos de fuego.

 

El relámpago enajenado de un cielo en llamas,

me visita de a ratos en mi Cosmos desvalido.

 

La gravidez de aquella lágrima

es el torrente de tus llamaradas.