Raul Gonzaga

Padre mío, ¿Por qué me has abandonado?

 

Si la conciencia es un mito, nada existe,
Todo es vana y total desilusión,
Un simple y magro fruto sin razón
Y que como espejismo se resiste;

Yo te preguntaré, ¿por qué nos diste
Tanto apego a la vana compasión 
Y nos otorgaste un fatuo perdón
Si es un falso valor que a nadie asiste?

Es sólo acaso pálida semilla,
Laberinto que crece en el abismo,
Aquella lacerante comidilla

De un absurdo, letal y cruel cinismo;
¡Eres acaso cómplice en gavilla,
Que nos dirige a absurdo paroxismo?…