Mis pensamientos son como las norias
giran prestos soñando en los castillos,
donde se tejen mágicas historias,
envueltas en un tul, formando hatillos.
Son historias que sobre ti sorprenden,
tus miradas sinceras me enamoran,
son ojos achinados donde penden,
los dos bellos luceros que ahí moran.
Es tu sonrisa fresco manantial,
una mansa cascada cristalina,
es un bello regalo celestial,
tan bella como gema diamantina.
Cada gesto que tienes tú, morena,
siempre despierta en mí la admiración,
tu boca es dulce miel que se almacena,
y entregas en un beso con pasión.
Miro al cielo y lo tengo que alabar,
por haberte cruzado en mi camino,
¡Gracias a Dios! Pues sé bien sin dudar,
que es grandioso y brillante mi destino.