manuel ayuste valero

Cuando toquen las campanas

Aquella mañana de lluvia,
tus ojos negros no me miraban,
mi alma se desesperaba.
Oh, mi nenita,
te dormiste en mis brazos.
Mañana amarga,
yo sequé tus lágrimas,
aquella mañana,
el cielo nos separaba,
cuando oigas tocar las campanas,
vístete de seda
y ábreme la puerta del cielo,
que yo iré con las manos llenas,
de lirios y flores y rosas blancas.