Verano Brisas

OSCAR WILDE

Ruiseñor que ambicionó la gloria,

siendo cubierto por el lodo

del más flematizado Imperio.

 

Maestro de la estética

golpeado por el prosaísmo

en los salones de alta sociedad

cuando quiso vivir en una eterna

actitud conquistadora,

como si aquella nación cosmopolita

hubiese mirado alguna vez

con justicia sus colonias irlandesas.

 

Ave de vuelo refinado

en el cielo de la imaginación,

que bajó con brillantes terciopelos

y solapas de frescos girasoles

al predio de las pasiones humanas.

 

Hombre de aguda inteligencia,

despreció cualquier trabajo horrible

para ganarse el pan,

creyendo que el éxito era fácil

con sólo dar comida a cierta gente

o ser piedra de un escándalo mayúsculo.

 

Triste y derrotado lo vio Francia

en sus últimos momentos,

carente de las cosas más amadas.

 

Como una paradoja venturosa,

surgida del destierro y de la muerte,

comenzó su ascensión por el atajo

que conduce a los pocos elegidos

al vacuo paraíso de la posteridad.