Eduardo Ávalos

Incertidumbre

La promesa de un deslumbrante amanecer,
Al pasar los días incrementa,
Mi mente ha comenzado a ceder, 
La imagen de su belleza, en mi cabeza se cimienta

Cual girasol, atraído al sol,
Son suyos, querida mía
Mi ojos presos, en una jaula de mármol, tomelos
Con la única restricción, que no se iría 

La delicada caída de sus hilos,
A mis sentidos dejan tranquilos,
Mi corazón desprevenido
A usted se lo he concebido