Verano Brisas

NEWTON

La oportuna caída de una manzana

(como dice la leyenda popular),

agregada al ingenio solitario

del hirsuto y probado neurasténico,

ayudó a comprender más fácilmente

las enormes ventajas que presenta

la ley de gravitación universal.

 

Después de un nacimiento prematuro

y una infancia de pocas alegrías,

comenzó a descollar en matemáticas,

auspiciado por el otro Isaac.

 

El actuar como científico eminente

no impidió su creencia decidida

en algunos aspectos subjetivos,

buscando por medio de la alquimia

la piedra filosofal.

 

También aseguró que el ancho mundo

había sido creado

en el 4004 antes de Cristo,

a las 10 de la mañana,

y en octubre para más exactitud.

 

Tuvo la suerte de ser reconocido

por la Sociedad Real de Londres

y nombrado a la vez parlamentario.

 

Ascendido a la nobleza finalmente,

continuó desarrollando su trabajo

hasta morir en edad muy avanzada

maquillado de honores y de venias.