mariano7777

ATEO

Se hundia el Sol en el poniente

como un inmenso rubí,

y bordeado de mar azul turquí

era su partida esplendente.

 

Marchaba en la inmensa boveda celeste;

y era tan bello y tan intenso...que sentí...

por un momento a Dios, allí presente,

...yo...que no soy creyente.

 

La tarde que huia lentamente

mostraba con gesto displicente

esa pintura de enorme esplendor.

 

Cuyo lienzo era el occidente,

su color el rojo y el oro refulgente,

y estaba pintado por el genio del creador.

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