maltez62

El frio que viene de adentro

El frío que viene de dentro

Esperar hasta que llegue el amanecer

para después recibir ayudarían

cada uno con un manojo de leña

alrededor de una hoguera encendida

todos se calentaban

sabian que si el fuego se apagase

ellos se moririan de frio.

Llegó la hora

el momento exacto para poner la leña

en el poquito de fuego

que se extinguia

frente a sus ojos de los cuatro hombres

cada uno podia colocar un manojo de leña

por turno y compartir.

El primero

miró demoradamente hacia los demás

y descubrió a otro que por su vestimenta

era politico del gobierno

y escondió su manojo diciendo:

-jamás daré mi leña para calentar a un comunista.

El segundo

era un hombre rico y avaricioso

y estaba allí para recibir unos pagos

e interesses de una deuda

y quedara atrapado en esa montaña helada

y solo restaba esperar por ayuda

para el dia siguiente,

mirando a los demás

vió a un tercer hombre de montaña

que tenia un semblante de pobreza

y de sus ropas viejas remendadas

calculaba el precio de su leña

en la ganancia y dijo:

- Ni pensar

dar mi leña, para calentar a ese flojo.

El tercer hombre era racista,

y observo que uno era de piel oscura,

y lleno de odio, pensó:

-Aquel negro!

Jamás daré mi leña para calentar un negro.

Y la guardo.

El que era negro

Sus ojos centellaban de resentimiento

No había cualquier señal de perdón

ni resignación que el sufrimiento enseña

Su pensamiento era muy práctico:

-Si alguno me dice algo,

usare esta leña para defenderme,

además, yo jamás daría mi leña

para salvar a aquellos que me oprimen.

Y guardó con cuidado

escondiéndola de la mirada de los demás.

El hombre pobre

conocía el peligro de la montaña

y de la necesidad,

los secretos de la vida

y la sobrevivencia.

Pero no quería compartir su leña con nadie y pensó:

-Esta tormenta puede durar varios días,

además esos no me ayudarían tampoco,

ese rico aquel negro, un político,

son unos condenados,

no valen la pena.

Voy a guardar más bien mi leña.

Un otro de ellos,

era muy religioso,

y solo pensaba en Dios y su salvación.

Dios me salvara de esta tormenta,

parecía ajeno a todo,

era un soñador.

Miraba fijamente las brasas,

ni le paso por la cabeza

ofrecer la leña que cargaba.

Estaba preocupado demas

con sus propias visiones (o alucinaciones)!

Para pensar en ser util.

Con estos pensamientos,

los hombres permanecieron inmóviles.

La última brasa de la hoguera

se cubrió de cenizas y finalmente se apago.

En la Alborada del día,

cuando los hombres de Salvamento llegaron a la caverna,

encontraron, los cadáveres congelados,

cada cual asegurando un manojo de leña.

Mirando para aquel triste cuadro,

el jefe del equipo dijo:

El frío que los mato,

no fue el frío de afuera,

fue el de dentro”.................