J.R.Infante

Tortuosas ruedas

Tortuosas ruedas contemplan

la niebla a ras de suelo.

El jergón rebosa viandas

y los músculos están tensos.

¡Ay amor! Horizonte de festín carnal.

Esculturas pedregosas profanan

la piel, dislocan huesos;

el sudor cae en gruesas gotas,

recuerda al mar, las olas

nos golpean la espalda. Mira, amor ,

libélulas creativas dibujan

un corazón con sus abdómenes.

                           Recuperamos.

Se agrietan nuestras camisas

y la sangre se agolpa en la ventana;

zarzales lánguidos que lloran,

aulagas en flor muerden la pantorrilla,

Se nos pierde la mirada

tras una alondra en su nido.

-aún nos quedan granos de besos.

                         Negruras

se desgajan, untándonos de barro.

El aire ya no alimenta,

caminar empieza a no conjugarse,

dos pájaros se aparean,

nadie los distingue.

                 Ayer te vi, deslumbrabas.

En la enésima jornada

la niebla abre sus puertas,

el rey Sol nos saluda

y dejamos correr cristalinas

miríadas de besos –orgías.

Ya estamos preparados

para el próximo viaje.