Nohelia Menjivar

Lágrimas de una poeta

 

Me arrancas un pedazo de mi,
Mis ojos se humedecen, enrojeciéndose a su vez,
Mi voz se corta, la desesperación invade mi ser.
Un whisky acompaña mi tormento.
Mi pasión, noches de desvelo, mi amuleto más preciado,
mis sonrisas al terminar mi poesía que sale
De mis entrañas y se plasma en un papel.
Las desprendes de mi y las conviertes en cenizas, sin piedad.
Me dices que detenga el río que sale por estos luceros marrones.
Mi gesto desapareció desde esa tarde, que me derrumbaste prendiendo un cerillo, y en tus oídos siempre resonará;
¡No mamá, no quemes mi poesía!