Virginia de Albán

LAS ESTACIONES DEL DESEO...

 

 

Cuántos espejos incesantes

se levantan al despertar tu cuerpo,

que erige luz a luz

y beso a beso,

esta llanura del amor

que contigo despiertas.

 

Cruzas la arena de mi piel,

movedizo relámpago,

como una marea esperándote

precozmente dormida.

 

Juegas a esconder la lámpara,

a esconderme la aurora,

mientras me vuelvo

un viento indefenso

sobre mi almohada.

 

Tu galope circunda

los contornos abiertos de mi cuerpo:

Torbellino que ciñe

el carmesí silencio de mi boca.

 

Y luego te estacionas

en mi cuello y en mi alma,

doblemente ceñida por tu sed.