Ofelio

RIMALGIA XIII

No soy ni soy como Neruda y su palabra,
mas quiero los versos más tristes esta noche.
No soy ni soy como Sabina ese que canta,
pero afronto una crisis de quinientas noches.

Dolido por el carambazo de su ausencia
patrullo las calles de los desventurados.
Me sosiega el amanecer y la querencia
por los versos de Borges, el amenazado.

Se torna el horizonte en un ocaso malva
como su amor en despedida, y no me extraña
la escasa piedad del crepúsculo. Y el alba
me ha dejado a la intemperie, sólo me apaña

el vicio de pensar en su amor ya perdido,
aunque quise empezar a querer olvidarla,
no lo consigo; en contraste, lo más sencillo
fue delirar con ser su amor, con inventarla.

En la vidriera gélida el vaho y el viento
me susurran su nombre como en lontananza.
La noche inmensa, el cielo y su largo silencio
deploran mi pena, lamentan mi añoranza.