Pensando en ti de la nada; dibujándote en el aire sin siquiera saber cómo eres, doy forma a tu mirada sin verla, trazo tus labios, esos labios que derrochan más que palabras.
Imagino acariciarlos con mis manos, me envician sin siquiera haberlos rozado con los míos.
Tu voz ¡cautivadora! fuerte y sensual, escucharte decir mi nombre me congela.
Provocas tanto en mi, aún sin verte, sin conocerte, sin tenerte. Has estado lo suficiente, sin estar presente.