Carlos Dguez

Un amor fugaz

Trabajaba siempre de noche,

regresando de madrugada,

a veces acompañada,

otras sólo bajaba de un coche.

 

Él la esperaba impaciente

y ella llegaba cansada,

sin ganas de no hacer nada

y él la miraba paciente.

 

Los lunes los destinaban

a pasear o ir al cine,

y ahí van, camine y camine,

y regresando cenaban.

 

Ay, mi colonia Doctores,

cuna de tantos recuerdos,

unos locos, otros cuerdos,

otros llenos de dolores.

 

Una noche el locutor

anuncia con mucho tino:

Juan Sabines, gobernador interino,

y su hermano, el poeta, era de él una especie de tutor.

 

Esa noche, al regresar,

como siempre, aburrida,

tengo que irme, mi vida,

le soltó él sin más, ella se puso a rezar.

 

Él del sur, ella de Hidalgo,

no volvieron a encontrarse,

él la busca hasta cansarse

sin poder encontrar algo.

 

Así termina esta historia

de dos almas que se amaron,

y cuando se separaron

renunciaron a la gloria.

          31/05/2018