Adrian Bournissent

VUELOS

 

Deshabitado de presente
y tan habitado de pasado
que ya no importa si ésta lluvia
camuflada tras la lluvia
moja éste rostro mío
ya perdido
de miradas tan distantes,
tan vagas,
¡tan de nadie!
Camino caminando
solo por caminar,
buscando a cada paso
el espejismo que tanto anhelo
por senderos etéreos, errantes,
tan errantes
como éstos versos
tan míos.
Abro mis incorpóreas alas
y divago y deliro y me pierdo,
me pierdo en una estación
y en otra y en otra más
hasta que me veo
como alma sin cuerpo,
como trenes sin rieles,
como besos sin bocas...
y miro hacia adentro
queriendo abrir un cofre
ya convertido en sarcófago
de lo que fuí, de lo que fué,
¡de lo que dí!
Y ahi yacen mutilados
los pedazos de un todo
reducidos a nada
¡y ahí las manos entrelazadas!
¡y ahi las voces mudas!
¡y ahí los restos de cada viaje!
¡y ahí los sueños!
Es inútil buscar en el día
lo que indefectiblemente
llega en la noche...
es en vano
mirar en mil direcciones
si al cerrar los ojos
todos los vuelos
se estrellan contra mi pecho.