Dante Dario

La amé

La amé tanto como se puede amar a quien se conoce sólo por la apariencia.

No hubo un amor que surgiera por instantes de celsitud o por caricias tiernas.

No hubo tiempo para ver una vida de aventuras a su lado o el presagio de una vejez compartida.

Sólo hubo esa breve emoción que hacía arder mis entrañas cuando su imagen invadía mi mente. Cuando la ilusión de un beso suyo soportaba el peso de la muerte.

 

Hice lo que pude ¿hice lo que pude? Acudí a su encuentro mientras un ángel me susurraba al oído: \"la vida puede ser hermosa\". Y lo fue. Por unos segundos lo fue. El cortejo bastó. Rocé sus labios con los míos e imploré al cielo porque nunca se despegaran. Nos vi desde fuera como un cuadro renacentista pintado por el más virtuoso artista. 

 

Pero la belleza tiende a ser como la nota que adereza una melodía transformándola en un soberbio deleite: Breve, diminuta... efímera.