Te amé
y te escribí mil estrofas;
relataba tus hazañas
ya que, con cada verso,
mas me enamoraba.
Me cegué
de las prosas
que te redactaba
-ilusionada
llegué a dedicarte el alma.
Me encandilé
de tu rima,
te embellecí con metaforas.
Creyendo cuando escribía:
\"... el sol de tus ojos,
la melodía de tus palabras.\"
Tambien llegué
a reinventarte, amada.