Tengo muchos miedos en mi agenda,
un pasado que no deja de ladrar,
alguna herida mal curada,
la sombra de las flores que son su vivo retrato,
una trampa que me ha puesto el destino.
Tengo un camino que ignoro adónde lleva,
una goma de borrar para borrarme del mapa,
no sé cuántos pesos en el bolsillo,
algunos poemas guardados bajo llave,
un pasaporte rumbo a la locura.
Tengo una habitación con vistas al infierno,
una margarita que me dice que no,
algún que otro arreglo en la memoria,
un corazón adicto al desaliento,
demasiadas ganas de quitarme la resaca.
Tengo en la cabeza toda una pajarería,
algunos monos en la cara,
un escenario donde no duelen las muelas,
una tristeza que va siempre conmigo,
mucha saliva todavía por tragar.