Kleber Exkart

Hijo del amor

Soy hijo del amor

fruto de la tierra llana.

Soy soplo de vida.

En mi el polvo grana

descollándose en selvas,

en altas montañas.

 

Desde lo alto del Ararat

bajaron sandalias y pezuñas

que dibujaron la grafía 

de la historia, la ciencia, la vida.

 

Soy el hijo prodigo

que regreso de la francachela

con los brazos caídos

y, el corazón desbocado

como una gacela.

 

Soy Adán, soy David el Rey

soy el sabio Salomón

soy Sansón que seducido

por los labios de una mujer

fue vilmente vencido.

 

Soy Jesús el redentor

que traicionado por Judas

fue dado a la crucifixión.

Desde lo alto de mi trono

juzgo la traición y no perdono

como el mas grande desamor

 

Soy piedra, agua, azucena

azafrán, bejuco, barbasco,

madera dura de guayacán.

Suave Jacinto de agua.

Soy el guardián fiel

de las llaves del reino.

 

Soy hermano del sol,

amigo intimo de las estrellas.

He enloquecido por la luna

mi desvarío me acuna,

me he enamorado de una de ellas

 

Soy el que soy

desde el ayer hasta el final,

tengo vida pasional.

Un giroscopio me guía

de norte a sur. Mis garras

de halcón han arrancado

el corazón de la leona.

He lamido sus labios

con dulzura y sorna.

 

Soy la paz, la guerra

los nacidos claman su cuna

los caídos su funeral de tierra.

Soy espejismo en la luna.

 

Soy amante de la Sulamita;

la mirra, las piedras preciosas

los brocados y pieles de terciopelo

adornan su piel morena.

Esclavo de su aroma rasgo su velo

huidiza como la gacela contrita

desnuda su alma recelosa

su canto desahoga su pena.

 

Soy hijo del amor

originado de la pasión

Nací en noche de luna

bendito desde una visión

dijeron sería el protector

de los caídos en hambruna.

 

Soy tallo, espiga, punzón

martillo, punta de lanza

acordeón, guitarra, violín.

Mi voz es canto, grito, gemido

mis huesos tocan el arpa

mis solfeos insuflan las notas.

Soy el que soy

desde el ayer hasta el final.