Humberto Barba

Primer día de tu ausencia

El dia  no comenzó como comenzaban hacia ya casi 8 meses,

En medio de la oscuridad, su mano busco con infinita ansiedad la silueta de su cuerpo,

Ese mismo que en su mente recreaba cada vez que abría sus ojos a un nuevo día.

Al igual que todos los días anteriores sólo había vacío, pero esta vez era distinto,

Porque el vacío  no sólo estaba en su cama, también estaba en su alma, en su ser, en su corazon...

Con torpeza bajo los pies y sintió el frío del piso; era una sensación extraña porque aún en los inviernos más crudos, como el que había pasado cuatro meses atrás, jamás lo había sentido como ese dia.

Camino como siempre hacia la cocina en medio de la oscuridad, el estrecho corredor parecía más largo que de costumbre, entonces entendió que el camino que tenía que recorrer, sólo en su soledad, sería largo y tortuoso.

El café no sabía igual, el azúcar ya no lograba endulzarlo en cambio afloraba con más fuerza su característico sabor amargo; entonces entendió que además de largo, su camino sería amargo.

Preparo huevos revueltos pero aunque les puso la cantidad de sal acostumbrada, seguían sabiendo simples, entonces entendió que su vida había perdido la sal, esa sal que a todo le da sabor, ya no estaría más.

La ducha lo recibió con un chorro fuerte de agua fría que le recordó cuán fría sería la casa con su ausencia, cuán fría sin su voz sonando desde tan lejos pero sintiéndose tan cerca...

La toalla no secaba, había perdido la capacidad de abrazarlo, se negaba a rodear su cuerpo al punto que decidió vestirse practicamente mojado, entonces comprendió que los abrazos que había logrado sentir aún en la distancia, ya no lo acompañaría mas.

Se puso como siempre su ropa de trabajo, pero esta vez, sus zapatos reforzados con punta de acero se sentían más pesados que nunca, entonces entendió que la carga de su ausencia sería pesada,

Cuando termino de vestirse, se aplicó la loción de todos los días, y cual seria su sorpresa al no sentir olor alguno, entonces comprendió que sus olores, aquellos que habían llegado en un sobre desde lejanas tierras, tampoco los volvería a disfrutar,

Y así comenzó el primer día de tu ausencia.