Los códigos son improcesables y la noche se escurre en pensamientos que no son míos, y que temo que lo sean, me repito que te amo, fingiendo que lo hago, fingiendo que no estas, fingiendo que hay futuro. Pero, llueve, y tú tienes que irte ahora, o someterte a estas mis muertes, y temo decir que no se si puedo renacer y volar, pero la muerte que has provocado es nacer en otro tiempo, y cuando el calendario grite un nuevo día, un nuevo mes, un nuevo año… ahí estaré, viva en tus brazos y muerta en los que fueron míos.