Anton C. Faya

ENCUENTRO.... ALQUIMIA!!!!

 

 

 

ENCUENTRO..ALQUIMIA!!!

 

Y los milagros ocurren. A ella la conocemos desde hace años. Al surfear las calles, un tímido saludo, una sonrisa es solo lo que logramos y mil murallas interpuestas para entablar una charla, al menos. Pero hoy... Hoy es el día, hoy la vamos a conocer, no se cuantas lunas se alinearon o si enloquecieron los alisios. Esta noche, salimos en banda de amigos y va ella.

 

Ella porta mil misterios, esos que siempre queremos desentrañar. Posee la dosis exacta de simpatía, no derrocha ni tampoco evita gracia. No es una beldad desbordante, tiene lo suyo, hace justicia a la belleza. Y esos ojos... en el fondo tristes, por los que disimularíamos cualquier flaqueza por hacerlos brillar. No queremos saber nada sobre su situación sentimental, solo vibramos porque hoy cenamos con ella.

Casi es la hora y no sin antes pelear con las vicisitudes del hopo, llegamos al lugar. Cerveza, pizza y picadas a la moda, un menú que detestamos pero que hoy se nos hace maravilla y -para esta ocasión- somos de los primeros en llegar al bar. El ritual de elegir la silla correcta, la ante ultima silla que da a la cabecera de espaldas a la gente, de manera que estamos ahí, a un costadito con mil trapos helados en el vientre por este desafió de trepar mas alto que el Aconcagua.

Y llegan las chicas y con las chicas ella, es un resplandor, no se mueve, levita y también brilla. Ahí nos comienza a fallar el pulso, es el trance de mayor tensión. Una a una saludan y se sientan y ella extrañamente se distrae y se atrasa, va sentándose una, luego otra y otro y zas!!!, quedamos frente a frente... Nos saludamos, tímidamente, nos miramos y sonreímos, primera prueba superada.

Momento de la seducción, tal vez el tesoro mas valioso que nos deparan los tiempos. El máximo cuidado de las palabras, de los movimientos, extrema atención a cada idea que nos transmite, a sus gestos y sobre todo nada de ambigüedades. Una sonrisa cómplice ante la primer zoncera que escuchamos, hablar sobre trivialidades con perfume a limpio, y ya tomando coraje darse un envión a las cuestiones personales, casi intimas. La noche cae, el tiempo apremia, momento de confesiones. Ella es Afrodita. Lluvia de sentimientos y sorpresas, no hay morada que cobije tanta conexión. Vivimos ahí una experiencia suprema, el bing bang del amor, alquimia que convierte en oro cada instante, sentirnos dioses humanos, sentirnos mejores, sentir por ella, ser en ella.

 

El amor esta entre nosotros, explota el paisaje, la geografía, vendrán tiempo de estrépitos, también de angustias. El amor, nuestro universo nunca mas sera el mismo.

 

A.C.F- MAYO 2018

ARGENTINA