Ingrid Zetterberg B.

ÁMALO A ÉL....

 

Mi Rey,

tú te has ido.

 

Si estuvieras

en este amanecer

me protegerían

sus brazos ausentes.

 

Y tu perdón

rondaría nuestro lecho.

 

Y como un río

crecería mi paz

en su llanto de luto.

 

Caminas en él

como distante de su piel.

Deja que yo muera

en su pecho

como un pájaro blanco

y vencido.

 

Sus manos cansadas

se parecen a las tuyas,

y por ellas yo vivo.

 

Se afanaron

en el duro trabajo

de esta vida;

y aún

no han acabado sus heridas.

 

Dieron forma

a muchos sueños,

y sus ojos son los tuyos.

 

Como un guerrero

es valiente.

Preparado cual un jinete.

 

Rey mío,

ámalo a él;

acércate al atardecer.

Abre camino

en su costado,

sin que lo presienta su ser.

 

Enrédalo en tus redes.

Haz tu morada con él.

Aunque retumben tus pasos,

sorpréndelo al amanecer.

 

Arroja lejos las sombras.

Si has forjado 

estos pensamientos,

¿quién podrá detener

el soplo de tu aliento?

 

¿Si no has olvidado

tus promesas,

¿quién podrá hacer

que retrocedas?

 

En tus suaves manos

he puesto el cofre

de mis anhelos.

 

Ingrid Zetterberg

 

Dedicado a Jesucristo...(Un clamor por mi esposo

en el tiempo en que aún yo tenía esperanzas

en mi matrimonio)

 

De mi poemario \"Tu luz y mis versos\"

Año 2,010

 

Derechos reservados

en Safe Creative Cta. Nro. 1006080193112