Carlos Güell

DESTINO

 

DESTINO

Mi hogar no son cuatro paredes o un lugar en un mapa. No está en el Occidente ni en el Oriente. No es una casa con jardín y un perro ladrando.

Mi hogar no es un sitio sin vos, no es el tiempo vacío por culpa de tu ausencia, ni pensar siquiera vivir la vida sin un poquito de tu existencia. 

Mi hogar está en tus ojos, en el latir de tu corazón, está en la sonrisa que me regalaste el día que me conociste y en cada mensaje escondido que en las noches me obsequiaste.

Mi hogar está en tus besos tiernos y asesinos, en tus caricias únicas. Es tu voz al otro lado del teléfono, son tus cuatro minutos imposibles o tus horas invisibles en mi cama

Mi hogar está en el anhelarte, en mi espera desesperada, en cada pensamiento en que te apareces de repente y en mil ocurrencias mías que me lleven sólo a amarte.

Mi hogar está en tu existencia, en la fusión de nuestras almas, en las frases que no decís, en tus locuras dulces, en la picardía de tu conciencia y hasta en la magia cruel de tu carencia.

Mi hogar está en tus malos ratos, en la frase que dice en la salud y la enfermedad hasta que la muerte los separe, está en la calma y la tormenta, en la luz y la oscuridad.

Mi hogar está en el deseo que le pido a cada estrella fugaz que lleva tu nombre, el deseo de tu destino junto al mío, de las ganas de amanecer abrazado a tu cuerpo, de crecer contigo hasta peinar tus canas.

Mi hogar está con vos y no me importa si pasan mil años antes de poder tenerte, está en el placer de pararme frente al mar y decir en silencio: yo sé que falta poco, yo sé que vendrás, yo sé que pronto acá estarás.... yo lo sé... yo lo sé...

C.