NandoUrbies

Regreso

 

Desde el estante más cercano del olvido
donde hibernaba, refugiado al socaire de tiempos oscuros,

cruzó el puente de los sueños,

y llegó a mí, en un latido impreciso,

sombrío,  traidor, doloroso como ladrón de amores.


Se instaló,

con  la confianza cálida de las noches de otoño;


creció

en un  lugar desconocido de mi mapa del pasado;


ahondó

en la soledad escogida,

en la necesidad irrenunciable de navegar

en mares de galernas procelosas y eternas,

sin alma a la que nombrar,

en el silencio primero, aquel que no tiene oídos que lo escuchen.

 

- Allí donde nace,
muere el deseo,

pero resiste, cual dragón de fuego, hasta el último estertor. -