Kanade

Perder.

Y andás. Cada día escupiendo para arriba, sintiéndote a salvo de la estupidez de caer en esa trampa que no supera el análisis de tu razonamiento lógico y supuestamente inquebrantable. A salvo. ¡Ja! Y ahí está tu margen de error. La seguridad no existe cuando de esto se trata. Y te terminás perdiendo, cayendo irremediablemente como cualquiera de esos idiotas de los que te creías distinto. 

A salvo. Qué risa.

Como si fuera posible estar a salvo de lo que no se elige que ocurra...

Y así estamos. Vos tan \"no me importa\", y yo todavía luchando con la ceguera consciente y tratando de expulsarte del terreno de mi alma.