MODESTOELPOETA1953

RECORDANDO UN MINUTO, DE CONFUSIÓN

                    

 

Vivía a siete kilómetros, del trabajo á mí habitación

Y siempre es un fracaso, el que habita en mi interior

Yo que soy sonrisa, templanza, fe y compresión

Y á cambio solo recojo, miserias y mala reputación

 

No le pido nada del otro mundo, a las horas que vivo

Solo paz y salud, pero ninguna de los dos recibos

En mí dolorido y dilatado corazón, que soporta herido

La envidia, la mala fe y la incomprensión

 

Por qué se escudaba mí destino, de gentes y confusión

Y me metía en todas a batallas, por que mí Señor,

Si en el fondo, no iba conmigo su mala, interpretación

Pero aun me duele más, la desconfianza de un superior

 

Que escucha y le da tregua, al joven, embaucador

Que, metiendo su cizaña, vive en su esplendor

Al fin y el cavo, la luz sigue brillando en mí interior

Pero el daño sufrido va, colmando mí ilusión

 

Que siempre á sido dar, sin esperar nada á cambio

Dándolo todo desde el alma, hacia el exterior

Y pienso que, en el fondo, á pesar del daño interior

Que soporto por la mala fe, de algunos intrusos

Que avivan su burla, a costa de mi sudor,

Ellos salían perdiendo ya que en mí no hay confusión

 

Pero á pesar de todo, le doy las gracias, a nuestro “DIOS”

Por que él conoce mis virtudes y defectos mejor que yo

Y reconoce que mis andares, van en buena dirección

Y siempre dejo todo en sus manos, en cuales mejor

Para vivir la paz, por la que lucha toda mí, ilusión

 

Sí a alguien molesta mi pasar, por los días y las noches

Que perdone si le inquieta, mi humilde intervención

Siempre es para el buen devenir, en toda dirección

Nunca pretendo ser más de lo que soy, un mandado

Que á veces comete errores y nunca los he negado

 

En fin, pido paz para todo el mundo, dañino y con mala fe

Pues en los caminos de la vida, nos volveremos a cruzar

Y cuando llegue ese día, quizás ya no haya mala intención

Y cultivemos la sonrisa, en vez de la negación,

Esperando que lo dicho se cumpla, me boy á mí habitación

Pues durmiendo, quizás las penas alivien, mí resentido, corazón.

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         Modesto Ruiz Martínez/ 29/04/2018