Sufrir en silencio, callar los motivos
sentirse frustrado por cada latido.
Pensar que en la vida hay siempre un motivo.
Pensar que la brisa corre en un solo sentido.
Y cuando entras en razón y comprendes que no sabemos nada.
Que las tormentas llegan y se van de la nada,
la vida nos enseña con cada mala jugada,
Que ser feliz lo vale todo y sufrir no cuesta nada.
Sufrir es el camino sencillo, y te culpas por provocar dolor.
Pero qué culpa tiene la lluvia de inundar el valle,
o la brisa de tumbar el árbol.
La lluvia tiene que caer, el viento debe soplar
y el dolor se tiene que sentir,
porque de eso se trata el vivir.