Yadhem Orozco

Su sombra en mi pecho

Elegimos el lugar perfecto y la luz adecuada

pude perfilar su sombra en mi almohada

hombros delgados 

caderas anchas

y unos ojos que sin duda matan 

 

tomé y acaricié su cintura 

como al más delicado trofeo

mientras ella agresiva se lanzaba a mi cuello 

 

besé con pasión sus labios

y ella me quitó con prisa la blusa 

 

se convirtió en la musa 

para la más bella pieza

 

y si escribo no es para presumir 

que he pecado con aquella diosa

para homenajear su trabajo, o manifestarme deseosa

le escribo hoy para agradecer el momento

y si estuve con tal monumento 

fue porque la traté con amor

y le perdí el respeto