Izandro

El Lenguaje de tus Besos

Lo observaba perdiéndose en el ancho camino, Dejando sobre si una tenue estela de polvo que sus pasos habían marcado, las palabras no tenían eco cuando el sol se adormecía, y sus lágrimas no fecundaron las semillas sobre el suelo roto.
En sus ansias de amarlo y de alejarlo, se le habían quebrado las ideas, y los latidos de su pecho, ya no sonaban a dulces melodías, él se había marchado entre el cielo infinito y sus lágrimas perdidas.
En el desconsuelo de verlo a lo lejos, otra vez perdido, recordó la forma en que lo había amado, y sus ojos se iluminaron de una luz intensa, la luz de un pretérito tiempo, que se había ido, y con él se había marchado el silencio de sus caricias y las palabras hechas lenguaje en sus besos.
Recordó que él no solía hablarle con las letras de un alfabeto, mas encerraba un testimonio con sus besos, hechos verso… no te marches –musitó en silencio- y el preludio de su voz se apagaba en el firmamento, sus ojos se habían marchado, y con él, las sonrisas y su amor tan tierno.
Se perdió en el infinito, y su estela de polvo ya no dibujaba más sus pasos tan heridos, su Amor se había marchado, y con él… el lenguaje de sus besos y su Amor, hecha palabra en un amable verso.
¿Te volveré a ver? –le preguntó al cielo- … a veces el Amor, es como un pesado lamento, y unas pocas alegrías, que nunca tienen precio, y ella presintió que ya había escuchado antes la misma respuesta.

 

Si te amo, no te olvido,

Si te olvido, ya no vivo,

Si mi tiempo se ha perdido,

Tu sonrisa me ha dejado,

Y el azul de tus bellos ojos,

Que sin ser tan azulados,

me regalaban todo un cielo,

Sin tus labios y sin tus besos,

Y sin tus caricias que son un rezo,

Sin amarte y sin abrigo,

Sin tu aliento yo me muero,

Sin tu piel en que dormía,

Y en tus caricias yo soñaba,

Sin tus letras en mis labios,

Sin tu abrazo infinito,

Sin tu cielo, y ya sin universo,

Y por si fuera poco…

Sin el Lenguaje de tus Besos.

 

Así lo vio partir, entre la tarde y la alborada, con el puño gritando su angustia, aún no marchitada, dejándolo marcharse… a pesar…

de que lo mucho que lo amaba.