adolfo casas c

ESCULTOR

Retomando el cincel y martillo

vi darle vida a una tosca roca,

su hábil movimiento descendente

bruñia y rompía la maza tan tosca.

 

tan pronto cobró la vida mostrando,

su rostro sin ojos, su pelo, su torso,

nacieron sus labios sin decir palabra

solo el crujir del cincel en la roca.

 

hicieron sus ojos mudas mis letras

comprendí me miraba yo en ella pensaba 

en cada cincelada mi luz se apagará  

destellos de luz en la noche brillaban.

 

caían las chispas excitando la hoguera

volaron cenizas dando matices

a contorneada silueta de etéreo recuerdo,

mi vida un momento la escultura para más tiempo.