Princesa de ojos de luna,
me pides que te escriba
una hermosa poesía
y lo prometido es deuda,
te la escribo con plumín,
con plumín de oro y plata,
como te gusta vivir,
con tu fuerza y tu razón,
tus creencias y quimeras
y tus arranques de fe,
que aunque dices no tenerla,
te aseguro que la tienes,
fe en ti misma, ya es tener fe.
Te deseo lo mejor
en el presente y en el futuro.
Y tampoco hagas mucho caso
a este contador de cuentos,
que de tu tiempo al mío
siempre habrá un largo camino.