M.G.Ratia

DECÁLOGO DE NOSOTROS

Ya se relajó la luna y ya terminó su envidia de ti. Ya no te desea desde el orgullo y la vanidad y es ahora ella la que rompe la tiniebla hostil de mis ojos. La que aparta nubes y nubes de mi cabeza desengranada. Es ahora en ella en quien fijo la mirada sin sentir, culpable, mi escafandra protectora. Ella, la luna, que siempre estuvo ahí y seguirá eternamente aun cuando me haya ido contigo, dejándola sola de nuevo. Y volverá la envidia a la luna, y la tiniebla a otro que no soy yo. Y vagaré por tu luz de eterno sosiego.