guadalquivir

Mi abuela 1963

En las tardes de invierno

cuando el frio arrecia

sentada al brasero

junto a mi abuela, con los ojos abiertos

embelesada y quieta

oía sus cuentos, sus leyendas viejas

y reia dichosa

al oir de sus labios

las travesuras de mi padre

en su infancia tierna;

apoyada en sus piernas preguntaba las cosas

que del mundo un niño

a comprender no acierta

y ella despacio, con infinita paciencia

aclaraba las dudas de mi mente tierna