Alejandra Galeano Valencia

Y de repente, la nostalgia.

A veces, de repente

se me atora la nostalgia en la retina.

Y entonces recuerdo tu cabello suelto ondeado por el viento,

tus manos grandes y fuertes agarrando mi espalda,

el olor de la lecherita en el maracuyá.

Todo tan bonito,

como besarte la nariz en las mañanas mientras dormías,

o como las sopas de tomate con pan.

Eres como esos atardeceres naranjas en la playa,

que te deslumbran,

te llenan el alma,

y luego se van.