Wellington Rigortmortiz

* El Artista

Ahora que te muestras pensativa,

inmóvil con una serenidad

tan anhelada en tu pasado, puedo

contemplarte con detenimiento,

cada forma, la textura de la piel,

percibir el aroma que emanas,

pacifica estás en tu lecho,

los destellos de luz lunar,

armonizan el paisaje

que se pinta sobre ti;

plasmarte puedo al fin,

y se me hace injusto

el no poder retratar

tan grandiosa belleza con exactitud,

mi don se muestra perplejo,

incapaz de reaccionar,

miles de bocetos mediocres

yacen en el suelo amontonados,

desgarrados y sucios,

la frustración es mi alimento,

duermes plácidamente

ajena a todo cuanto sucede,

hallarte en profundo sueño

fue un regalo de dioses,

a prueba

se me es puesta mi voluntad

he separado mis instintos animales,

solo gobierna la razón,

el pensamiento…

 

Algo hace falta en mí

y en el momento, algo

que la inspiración necesita

para que surja, para que cree,

la curiosidad,

vence mis temores,

quizás necesito tomar tu mano,

comunicarme

de manera astral con tu ser

arcano e incorpóreo;

inocencia maldita

si pudiera alejarte de mí, hacer

que fluyas a través de mis ojos,

quedarme vacío de ti,

creo en tus pensamientos,

confío en tus palabras;

alma de lejana estrella,

disculpa que profane

con mi mano áspera y temblorosa

la tuya, tan delicada, tan cálida,

deseo saber lo que guardas y anhelas,

deseo que conozcas mi verdad.

 

Despierta con los ojos cerrados

te mantuviste en todo este momento,

esperabas mi acercamiento,

como ave que se siente amenazada

te levantas abruptamente

apretando mi mano,

no puedo mirarte fijamente a los ojos,

sus destellos son cegadores,

tu otra mano atraviesa mi pecho

y me oprime el corazón,

un suspiro de muerte

me hace abrir la boca exhalando

todo el aliento de vida que llevo

de manera escabrosa,

mis ojos muy abiertos

ahora pueden mirarte fijamente,

ya no necesito respirar,

mi verdad acaba de ser tuya;

me has concedido el honor de pintar

en el interior de tu lienzo de vida.

 

* Anexo

 

Sobre las sábanas de vida

reposas tu desnudes de cuerpo y alma,

en la gran galería del tiempo

tu lienzo está siendo pintado por mí,

el artista, las pinceladas

son tormenta de aire y mar,

fuego y glaciar ambos ardiendo,

en vaivén constante tu esencia

se va tornando mía,

y haces tuyo mi ser inspirador,

atmósfera tibia y húmeda

que nos cuesta trabajo

inhalar con la boca abierta,

tu lienzo va adquiriendo forma, figura,

el manto del tiempo cubre tu vientre,

la obra de arte

será develada por el destino.