Las luces de la tarde
A veces el misterio se presenta,
del sol cuando atraviesa los cristales,
un rayo que refleja con pereza,
la luz que va pintando tenue y suave,
en esta habitación, en soledad,
en ese atardecer,
de abrigo y calidez,
mis ojos son asombro ante beldad,
emprenden su camino como ave,
tras la sombra del tiempo y su vileza,
dañina va durmiendo en los juncales,
sutil dejando su sabor a menta.
Otoño son las luces de la tarde,
abrigan ilusión de juventud,
las sombras tras los cuadros mis pasiones,
envueltas en papeles de color,
preguntas sin respuesta en mis cuadernos,
incógnitas de vida,
¡tan curiosa Lolilla!
pintando de colores los infiernos,
cantándole a la vida y al amor,
llenando con los versos sus renglones,
frente a su ventanal pleno en quietud,
el sol cayendo en el ocaso arde.
Estoy frente al paisaje que acaricia,
fundiéndome en la luz de mis momentos,
en una vieja casa recordando,
las tardes con mis padres y mis juegos,
latiendo el corazón con las canciones,
aquí quisiera estar,
envuelta en esa paz,
me llenan los reflejos de emociones,
me duelen los antiguos desapegos,
la siesta al arrebol yo dormitando,
sin miedos a la vida, sin lamentos,
mirando el ventanal feliz de Alicia.
Dolores Egea ( Lolaila)