Nerudaperdido

Versos tomados de la mano

Tomo asiento,

me reclino mientras él

afina su poema.

Hay gentes que conozco 

y no, 

se escuchan acordes de prueba

y las notas de los primeros versos.

 

Alguien me susurra 

pistas al oído, 

un lejano poeta 

con demasiada nostalgia,

 

tan cercano a mí

que me rosa la cara,

que tienta curioso la barba

que aún ignora. 

 

Se rompe la capa fina

de hielo al tacto, 

brotan las memorias,

se incorporan con una

honda bocanada de aire

y se sientan a mi lado. 

 

Lo dejo actuar, 

escucho atentamente 

como toca mis propios dolores,

como raspa nuestras lejanas dudas, 

 

su melodía,

hay algo en su mirada 

que me reconoce.