César Albadan

Mi realidad

Que el día sea noche
Que la noche más oscura
Que la luna no arrope
Que el sol no acuda
Que las nubes sean fuego
Que la lluvia ceniza
Que las estrellas no vengan luego
Que el aire como cuchilla
Que el agua sea penuria
Que la tierra veneno de víbora
Que el césped aguja
Que la rosa sea carnívora
Que la margarita a sí negree
Que los árboles desnudos
Que la hoja apedree
Que los pájaros sean mudos
Que los niños no rían
Que los rostros desaparezcan
Que la nariz apenas viva
Que la mirada palidezca 
Que los labios intangibles
Que los brazos no resistan
Que la alegría sea imposible
Que el amor ya no exista
Que la vida sea un daño
Que el alivio sea la muerte 

Es que la extraño 
Y no vuelve, no vuelve