huertero

Late... Para todas aquellas mujeres que diversifican su modo de ser y en especial a las mujeres que trabajan el campo, la quinta o todo trabajo manual que requiera el uso de su cuerpo como herramienta de uso cotidiano.

La tierra late en las manos húmedas de
los que se conmueven al ver los alazanes sueltos y
las luciérnagas en su violenta belleza natural.
Ellas huelen a campo a cuero tozudo
a recuerdos de zambas.
Sus pañuelos resuellan como animal que truena
a canción de acequia gozosa a espumante
melodía de abejorro transfigurando
el adiós en roció solitario.
La tierra golpeada se enajena
un cielo de azadas en  hebras enmarañadas
a albahaca enardecida en esperanza
que baila y se descuelga de la luz lunar.
Las mujeres entregan su evocación de semilleras
en ellas la alegría del verdadero sueño abierto
en el surco de almácigo la verdad ha de revelarse
Ellas viven de ti sus almas se unen
en congruencia a la tierra.
Lamen la huella del padre y de la madre que llora por fecundidad.
Ellas se endulzan la boca cuando la azada
penetra suave en la tierra y nombran
sus dioses cuando esparcen las simientes.