Claire

VEN, ALGO SEREMOS.

 

 

 

 

Me siento en un miércoles cualquiera


con un café olvidado - entre las manos.


Y miro ahí en el fondo el baile lento


de dos figuras oscuras


y condenadas.


Al tiempo no le importa nada


de mis piernas temblantes y de mis ojos,


de la sangre que lloro por las calles


y de la espera colgada en un otoño.


Aquí estoy, en la hora más brillante,


- en atónitos instantes
- en un mar de primaveras.


Aquí estoy, en las lluvias inconstantes,


- en el fuego de un momento,
en la noche honda y asesina.