Franco Moretti

San Martín

Calles de nuestra experiencia

 

 

Podíamos perdernos
en esa calle corta y angosta
mientras nos envolvía infantes
aunque ella sólo era
una calle sin salida.

 

De polvo y ripio
Con un cartel pequeño
en un árbol
que siempre dijo
y siempre decía
calle sin salida.

 

Era al fondo
donde
no llegábamos nunca
donde
el misterio se fundía.
Y nos preguntábamos
si en verdad había escapatoria.

 

Esa calle angosta y corta
en nuestra infancia
había sido
el día anterior
un campo de batalla.
Y al día siguiente
un potrero con inmensas
tribunas.

 

Jugábamos
imaginábamos
siempre
en esa calle
sin salida
encontrábamos
salidas.

 

Años después
el mismo cartel
en el árbol
seguía anunciando
aquellos misterios
que de chicos
nos preguntábamos.

 

Para ese entonces
caminar por San Martín
tenía otro olor
era el mismo ripio
sin embargo
y el mismo ancho.

 

Ya no había campos de batalla
cubiertos de nieve
ni secos por algún verano caluroso.

 

Y siempre volvimos
y el corazón
cuando caminábamos
por San Martín
latía un poco más fuerte.

 

Y a medida que nos acercábamos
al fondo
al final
sin salida
el misterio se fundía
otra vez
y nos preguntábamos
si en verdad
podríamos encontrar
en alguna otra calle
sin salida
tan intensas
aventuras de escapatoria.