Antonio RV

Ven, quédate en mi pecho


Ahora estoy de regreso
al vacío
de este hogar solitario
con calor de caldera
y compañía electrónica.
Sí, tengo pan y agua...
y el sol en la ventana.

 

Ahora que centelleas
en el firmamento,
¡qué sóla estoy!;
Y tu sepultura
a cientos de kilómetros
¡tan lejos!;
Quisiera saludarte de mañana
y dulcemente velar
la tierra que te abraza.

 

Ahora,
sin tu presencia,
amor,
cerrar mi corazón no debiera
o fallezco en vida.

Cariño,
ven,
quédate en mi pecho
sino agonizaré de pena.